Abg. Lucia Quijada.
Maestrante en Ciencias Gerenciales
Mención RRHH.
La innovación tecnológica aparece como una
condición esencial para la expansión organizacional, de forma que el cambio
tecnológico viene a ser el impulso que está detrás de un crecimiento sostenido.
Hoy en día a nivel mundial los sistemas de información son
cada día más útiles para la toma de decisiones estratégicas. Por lo que el avance tecnológico en las organizaciones aún
no ha sido digerido por algunos empleados, que prefieren seguir bajo la vieja
escuela por temor a la tecnología y a los avances de esta, es lo que llamamos
hoy en día la resistencia al cambio, que resulta ser de mayor
impacto social que tecnológico, teniendo que ser combatidos los paradigmas de
las personas que conforman la organización, puesto que esto conlleva un cambio
en su rutina laboral. Difícilmente se pueden adelantar cambios en una
organización o empresa si estos no están soportados por los valores, actitudes
y conducta de su gente; por lo que resulta importante el compromiso a la hora
de iniciarlos. Es decir en la medida en que el trabajador internaliza y se hace
coparticipe de esos cambios se siente más protagonista de los procesos y no
victima de ellos.
Por lo que, hace necesario, estudiar y
analizar las reacciones y respuestas del personal involucradas en la adopción
de una determinada tecnología de información. Planteando los aspectos tanto
positivos como negativos de la implantación de tecnologías, no sólo desde el
punto de vista del proceso sino también de las personas involucradas en el
mismo, siendo la diferencia generacional, el punto clave para facilitar dicha
adaptación, ahí es cuando entra en juego el Gerente del Talento Humano de cada
organización, quien debe ser capaz de orientar e implementar capacitación al
personal para que sea adoptada en forma oportuna por todos los miembros de la
organización, logrando de esa manera alcanzar la ventaja competitiva que sus
productos o procesos requiere, con la premisa: "No
invertir en talento humano es asegurar un suicidio laboral", ya
que
todos poseemos talentos inimaginables, muchos podemos detectarlos
y aprovecharlos en su justo tiempo, otros sólo necesitan un poco de apoyo
o impulso, pues aprovechar al máximo las capacidades de las personas que
habitan nuestro entorno laboral, es una premisa fundamental para un desarrollo
más sostenible. El rol de un Gerente de Recursos Humanos es visualizar y
estudiar las debilidades y fortalezas del capital humano a su cargo, para ello
es necesario invertir en él y la educación es la principal herramienta. Las empresas
deben tomar como una inversión y no como un gasto la capacitación,
actualización y fortalecimiento de su talento humano, con ello se aumenta la
producción y la competitividad en el mercado al cual pertenezcan. ¿Que
obtienes con dicha inversión? Personas más preparadas que aportarán
un trabajo de calidad, con más capacidades para aportar al mundo y con ingresos
económicos más altos que mejoran su calidad de vida y la de sus familias. El
objetivo de este artículo es animar a todos los empleadores, por muy pequeños
que sean, a que dediquen un par de horas para reflexionar y echar cuentas sobre
cuanto invertirán en la capacitación de su talento humano y dicha
inversión sea sostenible en el futuro. La calidad es única. No hay buena o
mala, sólo hay calidad o no la hay. Y punto. Debes ofrecer calidad para
obtenerla en su misma o mayor proporción.
Para
Mires (citado por Nieto, 1999), los paradigmas son: “Un estilo de ver,
percibir, conocer y pensar que es producido predominantemente por las
comunidades científicas que recoge creencias anidadas en el pensar colectivo
que no es científico, que se traduce en palabras principalmente escritas,
consagradas oficialmente por manuales y que se establece institucionalmente en
organizaciones que se forman a su alrededor. Puede originariamente surgir de
una ciencia muy especializada, pero tiene la particularidad de desbordar su
origen, transmitiéndose a múltiples ciencias y disciplinas, donde actúa como
modelo o principio rector que en un momento determinado deja de ser sólo
científico y se transforma en cultural”. En la práctica, los paradigmas son los
supuestos fundamentales que explican cómo funcionan los negocios dentro de una
disciplina determinada. Establecen reglas de cómo se deben hacer las cosas,
limitando a la gente a pensar en situaciones establecidas. Encasillan el
pensamiento creativo e innovador de los empresarios y de los investigadores.
Los limita a pensar en situaciones existentes, en lugar de cambiar radicalmente
las establecidas. Además, bloquean la capacidad de observar el mundo como un
todo y de buscar alternativas pensando de manera no convencional. Cuando la
realidad no se adapta a las reglas mentales, se tiene un alto grado de
dificultad para entenderla.
Tomando
en consideración, lo señalado anteriormente, un cambio de paradigma comienza a
gestarse cuando se acumulan un exceso de elementos que salen del marco
ordinario y que el paradigma actual no puede explicar. Éste es cuestionado de
manera continua y, bajo estas circunstancias, puede surgir una nueva y poderosa
evidencia que explique las contradicciones aparentes introduciendo un nuevo
principio... una nueva perspectiva... un nuevo paradigma.
Una
de las dificultades de la introducción del cambio es que algunas personas se
benefician mientras que otras sufren pérdidas, por lo que se resisten a él al
verse afectadas de modos distintos. Estas personas que se resisten a los
cambios suelen tener cierto desgaste emocional, producto de las tensiones, la
inquietud y la ansiedad que afectan a la personalidad de un individuo durante
un periodo de cambio. Los obstáculos para el cambio son factores ambientales
que dificultan la aceptación y la aplicación al cambio. Esta actitud se
denomina Resistencia al Cambio, caracterizado por el levantamiento de barreras
por temor a lo desconocido, por desconfianza hacia los indicadores del cambio o
por sentimientos de seguridad amenazada. En cierto sentido, esto es positivo.
El Enlace entre la Innovación y la
Tecnología, hace referencia a la creación de nuevos
productos o servicios, ideas, procesos, diseños y estrategias. Kuczmarsi (1997,
p. 3) expresa que: Aunque no se puede tocar, oler, escuchar, ver o probar, la
innovación se puede sentir, pensar y percibir. La innovación se puede describir
mejor como una actitud que penetra y se propaga, lo cual, permite a las
empresas ir más allá del presente y crear una visión del futuro.
La
innovación es una clase más especializada de cambio. Es una nueva idea aplicada
para generar o mejorar un producto, proceso o servicio. Así que las
innovaciones implican el cambio, pero no todos los cambios necesariamente
involucran nuevas ideas o llevan mejoras significativas. Por lo que, si se
enlazan los términos innovación y tecnología, se da paso a la innovación
tecnológica. Siendo ésta, el resultado de todo un proceso de planificación,
organización, asignación de recursos, en definitiva es el resultado de la
aplicación de conocimientos basados en la tecnología para lograr ventajas
competitivas o una posición favorable dentro de los mercados. Este proceso, se
desarrolla dentro de un marco de referencia de orden técnico que comúnmente se
denomina como política tecnológica.
Las
Tecnologías de Información son una Contribución a la Eficiencia, permiten la
producción, tratamiento, comunicación y proceso de la información multimedia,
puesto que las informaciones pueden ser tanto textos como imágenes, sonidos,
entre otras (Bello, 2003). La tecnología de información es esencial para
mejorar la productividad de las empresas, aunque su aplicación debe llevarse a
cabo de forma inteligente.
Para
que la implantación de una nueva tecnología produzca rentabilidad hay que
cumplir varios requisitos: tener un conocimiento profundo de los procesos de la
empresa, planificar detalladamente las necesidades de tecnología de la
información e incorporar los sistemas tecnológicos paulatinamente, empezando
por los más básicos.
Referencia:
http://www.revistaorbis.org.ve/pdf/1/1art3.pdf
Artículo
de Opinión: (Octubre, 2014) Diario El Tiempo, "No invertir en talento humano es asegurar un suicidio
laboral". Abg. Lucia Quijada.
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